La sangre es la base de la vida, pero también del sistema inmunitario, y tiene una influencia decisiva en la calidad de vida de las personas
Las palabras "sangre" y "vida" son sinónimos
PRP significa que la concentración de plaquetas en el plasma es mayor que el número normal equivalente de plaquetas que circulan en el cuerpo, pero hay otras definiciones además de ésta. Robert Marx fue uno de los primeros investigadores del PRP en cirugía maxilofacial y definió el PRP como 1 millón o más de plaquetas por microlitro
Otras definiciones incluyen más de 2 a 6 veces la concentración intrínseca. Algunos autores definieron el PRP como la concentración de (sólo) plaquetas en el plasma, excluyendo deliberadamente los glóbulos blancos, ya que éstos pueden ser contraproducentes y provocar un aumento de la inflamación y el dolor. Otros hicieron hincapié en la necesidad de añadir leucocitos al concentrado, ya que participan con los factores de crecimiento de las plaquetas en la regeneración tisular mediada por los macrófagos. La terminología también puede causar confusión
Aunque el término plasma rico en plaquetas es el más utilizado, algunos autores o fabricantes de PRP utilizan términos como suero autólogo condicionado (SCA), plasma autólogo condicionado (PCA) o factor de crecimiento plaquetario (PDGF). Hay sutiles diferencias, pero se trata principalmente de concentrados de plaquetas derivados de la propia sangre del paciente. La naturaleza intrínseca de la composición es uno de los aspectos de seguridad más importantes, ya que se puede excluir la posibilidad de rechazo por parte del paciente.
Las plaquetas desempeñan un papel importante en la reparación de los tejidos dañados. Las partículas alfa de las plaquetas contienen factores de crecimiento con diferentes efectos biológicos. Sin embargo, las diferencias individuales y los diferentes métodos de preparación afectan a las concentraciones absolutas y relativas de estos diferentes factores en el PRP, lo que puede explicar las diferencias en los resultados clínicos. El activador plaquetario, la trombina y el calcio pueden liberar estos factores rápidamente y formar un gel que puede utilizarse para la cirugía abierta, pero no para las inyecciones. El contacto con el colágeno dañado y las plaquetas a través de la señalización de citoquinas también permite una activación más uniforme de las plaquetas, lo que permite aplicar el PRP a los tejidos afectados sin necesidad de activación previa.
El plasma se obtiene por centrifugación, separando los componentes de la sangre según sus respectivos gradientes de densidad.
El núcleo de la centrifugación primaria es la separación de los eritrocitos del plasma, que a su vez contiene plaquetas, leucocitos y factores de coagulación.
Los pacientes y los médicos suelen confundir la terapia de PRP con la de células madre, ya que se trata de una preparación propia del organismo. En comparación con las células madre, las plaquetas sólo pueden sobrevivir entre 7 y 10 días y no pueden multiplicarse porque no contienen núcleos. La incapacidad de proliferar puede reducir el riesgo de carcinogénesis asociado a la terapia con células madre. La terapia con células madre todavía se considera experimental, mientras que la terapia con PRP ha sido la más aceptada y utilizada.